viernes, 29 de enero de 2010

Madrid Fusión: desde Adrià al cerdo húngaro

Que me perdone el crack Adrià por ese titular de arriba, pero ayer finalizó Madrid Fusión 2010 y las dos cosas que más me han impactado han sido el anuncio del ¿descanso sabático? que se cogerá elBulli en 2012 y 2013 (en su repercusión internacional se ve la importancia del chef) y el descubrimiento del cerdo Mangalica.

Ahora más en serio, del primer tema poco podemos decir porque a estas alturas de curso todo lo que hagan Ferran Adrià, Juli Soler y compañía estará bien,
se han ganado sobradamente el beneficio de la duda. Por eso, y como no os voy a contar en detalle las ponencias técnicas porque no es el foro adecuado, prefiero centrarme aquí en algunos aspectos curiosos de nuestros paseos por un Madrid Fusión abarrotado (¿demasiado?). En primer lugar por supuesto, ese cerdo Mangalica –lanudo, en peligro de extinción y de origen húngaro– que unos empresarios españoles (Monte Nevado) trajeron a Segovia hace dos décadas casi y que hoy produce unos jamones, paletillas y lomos a la altura de cualquier ibérico de gama media-alta, hasta el punto de que los despistados que no veían la foto del bicho y picaban de la bandeja no se daban cuenta de la diferencia. Como dice su eslogan, "Un sabor por descubrir".


Quitando ese, nuestro puesto preferido fue el de Perú, donde aparte de alguna delicatessen pudimos probar unos
pisco sour de escándalo a cargo de Johnny Schuler, reconocido maestro en su tierra para el que "no existe polémica sobre el origen de la bebida" (no sabemos si los chilenos opinan lo mismo) y que nos desmenuzó la receta del mismo junto con algunos consejos que ya os daremos en otra ocasión. Mención especial también al stand de México, simpática gente que nos deleitó con sabrosas preparaciones poco habituales por estos lares por su alto grado de autencidad (vamos, nada que ver con el tex mex habitual).

De los talleres menos serios (por tono y cercanía) nos quedamos con el que imparti
ó Ramón Freixa para una reducida concurrencia en el que nos enseñó como preparar –no maridar– algunas interesantes tapas usando la variedad Ristretto Origin India de Nespresso, huyendo del clásico amargo-dulce que le aterra para centrarse en su capacidad ácida. Esa yema de huevo con café inyectado... ¡Brillante! Menos amena estuvo la charla sobre el maridaje entre vodka y caviar, aunque poder tomar luego tres tipos del magnífico caviar que elaboran en Riofrío (orgánico, elaborado según la tradición iraní y según la tradición rusa) maridados con uno de mis vodkas favoritos, Skyy Vodka, hizo que el sabor de boca final fuera mucho mejor. Bueno, eso y poder observar el recipiente de plata donde le servían el caviar a Napoléon. Hasta tres kilos se zampaba el amigo...

Foto: Emmanuel Nguyen Ngoc

Por último, y dejándome muchas cosas en el tintero, la sala Mixology, que albergó las bebidas alcohólicas, fue la zona de refugio para tomarse igual un daiquiri de fresa que un magnífico gin tonic de London Nº1 en buena compañía, por lo que no es de extrañar que también fuera de lo más concurrido a partir de las 18:00 (había que relajarse después de tan duros esfuerzos, comprendedlo). Y así, con un brindis, nos despedimos de la edición de 2010 en espera de las sorpresas que traiga Madrid Fusión 2011, que las necesita.