El otro día estuve en el nuevo local que han montado los responsables del exitoso Areia (de hecho, nos redireccionaron desde allí porque estaba muy lleno; esta crisis...). Se llama Olé Lola (C/ San Mateo, 28) y es una curiosa mezcla de lounge, tapeo y coctelería, que igual da arroces con flamenco en directo los domingos que sirve como chill out para relajarse a primera hora de la tarde o para tomarse un cóctel un viernes por la noche. La decoración intenta ilustrar esa combinación de forma bastante lograda y el ambiente anima a alargar la estancia.
Aún no he comido allí, pero sí que probé algunos de sus cócteles. Dentro de los mismos, destacaban los preparados con ginebra, al igual que una carta separada con diversas mezclas con ese mismo destilado como base. Lo cierto es que el cóctel que tomé de este último grupo no valía nada pese a que otras mezclas como por ejemplo el Ruso Blanco –el mismo que bebía El Nota en esa obra maestra llamada El Gran Lebowski– sí que estaban muy conseguidas. Pero es que claro, una coctelería sin su carta de ginebras hoy en día... Y es que, amigos, lo de este destilado ha pasado a ser una fiebre que contagia por igual al último garito de moda que a un bar de viejos. Pero bueno, tiempo habrá de hablar de todo ello más adelante, ahora lo que quiero es que brindéis con Jeff Bridges por su Globo de Oro (¿y futuro Oscar?) por Crazy Heart; un tipo que ha sido El Nota se merece eso y mucho más. Y para ello os dejo en este enlace la receta del Ruso Blanco. ¡A su salud, Mr. Bridges!