lunes, 5 de julio de 2010

Lo siento, pero no lo entiendo

Cuántas veces se oye en verano eso de "vamos a pedir un blanquito bien fresco, que nos entre como el agua". Una cosa es que el vino esté un poco por debajo de su temperatura adecuada para compensar el efecto del calor y otra, en mi opinión, es pedir el vino bajo cero para que no sepa a nada, ¿no? Pues nada, el otro día en un restaurante de cierto nivel, la escenita de cada verano hasta que el camarero trajo el vino –de unos 50 euros– helado, helado para poder satisfacer los gustos de la pareja que lo pidió. Y yo pensando que para que entre como agua, ¿por qué no pedís agua? Y si queréis champán, pues agua con gas y listo.

Todo esto viene –además de a la situación del otro día– a que nos ha llegado una nota de prensa del
iWine by Paco & Lola, un albariño que al menos en su versión estándar me parece de lo más agradable (no he podido probar éste). La gracia del iWine, aparte de su etiqueta y de ir dirigido a "un público joven que prefiere maridar con un tema de Mika que leer unas aburridas notas de cata" (sic), es que se ha realizado una criomaceración a muy baja temperatura gracias al uso del hielo seco. Aprovechando esto, y pese a que el vino –que cuesta en tienda 25 euros– salió para las pasadas Navidades, ahora se promociona como "el sabor más helado del verano". Pues eso, 25 euros para que sepa como agua, no lo entiendo.