¿De qué os estoy hablando? Pues de un enfriador de vino consistente en una pieza de acero inoxidable que –previo paso por el congelador– se introduce en la copa y promete enfriarla hasta 20 veces más rápido que una cubitera, todo ello durante al menos dos horas. Original y no excesivamente caro (50 dólares por dos piezas), aunque desde luego no es la solución ideal ni más elegante por mucho que intenten dotarlo de diseño hasta en los recipientes a juego para reposar las piezas una vez cumplido su objetivo.
Y es que en los últimos tiempos son muchos los gadgets curiosos que Internet pone a disposición de los gastrónomos inquietos. De los más surrealistas es Le Whif (foto sobre estas palabras), un aerosol de chocolate o café para que podamos inhalar dichas sustancias sin engordar. ¡Por fin verdadero chocolate de cero calorías! Lo más increíble de todo es que su inventor es supuestamente un profesor de la universidad de Harvard...
Pero no os equivoquéis pensando que estoy criticando este tipo de inventos, ya que soy el primero en comprar cositas por el estilo si se me ponen a tiro... y me dejan, claro. Y es que mi señora me prohibió terminante comprar en Berlín unas hieleras de Lego que habrían quedado de miedo junto al salero y el pimientero de la misma marca. ¿O no?