Lo que empezó como un rumor más ha acabado siendo una cruda realidad: tras once años de cooperación, los dueños del restaurante-hotel Àbac han decidido prescindir de los servicios de Xavier Pellicer, el cocinero que les consiguió dos estrellas Michelin, y además lo han decidido de forma tan fulminante que el tema acabará por lo visto en los tribunales.
El motivo que han esgrimido Josep Maria García Simó y Lluís Geli (copropietarios) es la ya habitual "perdida de confianza", aunque no han podido evitar aludir también a una supuesta "falta de motivación" del chef. Lo de la confianza, aunque sea un lugar común, me parece respetable, pero lo de la falta de motivación no lo acabo de entender. Lo digo porque hace alrededor de un año tuvimos la suerte de visitar a Xavier en su morada del Tibidabo y me pareció un tipo realmente enamorado del proyecto –acababa de trasladarse y conseguir la segunda estrella Michelin– y convencido de sus bondades. En cuanto a su cocina, fue una experiencia magnífica, de un clasicismo bien entendido que puede que no esté en boga, pero que precisamente por eso resulta imprescindible hoy en día.
Como apuntan algunos medios, puede que detrás de todo esto se encuentre el poco nombre de Xavier Pellicer en el extranjero –"buscamos una figura mediática", ha declarado García Simó–, pero consideró difícil que el elegido logre mejorar a corto plazo lo conseguido por Pellicer. Y encima el cocinero se llevará con toda probabilidad consigo las dos estrellas que atesoraba... Sea como sea, sólo nos queda desearle suerte al chef en sus nuevos proyectos y recomendaros un libro de reciente aparición en el mercado y que cobra ahora más sentido (aunque sea de forma involuntaria): "Abac. La cocina de Xavier Pellicer" (RBA Libros), un repaso de lujo a sus once años al frente del restaurante desde un punto de vista culinario y personal. Una manera de recordar la etapa dorada –hasta el momento– de un gran chef.