miércoles, 23 de diciembre de 2009

Sudestada, nuevo local al fin


Los regalos navideños han llegado antes de lo esperado este año para el argentino Estanis Carenzo, propietario de nuestro querido Sudestada. Tras "sólo" dos años de espera –ya se sabe lo que tardan las licencias si no se pasa por el aro–, el pasado miércoles abrieron su nuevo local, muy cercano al anterior. Y, por supuesto, allí estábamos el viernes para volver a degustar la mejor y más auténtica cocina panasiática de Madrid.

Lo primero, claro, es hablar del nuevo local. La entrada es probablemente lo mejor, con una barra ligeramente retro donde ya no se puede disfrutar de la comida pero sí de una carta de cócteles más que apetecible, incluyendo la ya imprescindible Caipirinha Sudestada (alguna cayó durante la noche, como véis abajo), que para mí es la mejor de los restaurantes madrileños junto a la del Rubaiyat. El resto del local es funcional, más grande, con una mesa para el servicio en el medio que les facilita el trabajo (de hecho este aspecto puede que sea el más mejorado de todos) y sin los problemas de humos del anterior, pero la verdad es que tampoco me dejó sin habla. Bien, pero sin excesos.

De todas formas, a Sudestada siempre se ha ido a comer de miedo y no a otras cosas, y en ese aspecto la cosa, al menos en este inicio de etapa, no ha cambiado lo más mínimo. La misma carta de vinos (interesante pero muy, muy corta), esas cervezas Kirin y Ámbar (prefiero la zaragozana) y, como novedad, la obligación de pedir el menú degustación, algo que ya hacía el 90% de los que lo visitaban. Así, tras un agradable mejillón con algas wakame de aperitivo, pudimos probar buenas samosas y dumplings o los imprescindibles Nem Tom -"el único plato que no puedo quitar", nos dijo un día Carenzo– como entrantes, para luego seguir con un pollo tandori con varios acompañamientos y arroz que me gustó especialmente (foto de abajo) y el ya clásico curry (de cerdo esta vez), esta vez menos picante de lo habitual pese a haber insistido varias veces en que lo dejaran lo más "auténtico" posible. De postre, esa hipercalórica copa de varios chocolates que te deja sin hueco ni para el café.

En resumen, una comida igual de satisfactoria que siempre pero con una ligera sensación de decepción por la falta de grandes sorpresas tanto en el menú como en el local. Y todo ello a unos precios que, siendo aún más que competitivos, han subido alrededor de un 20% (hay que pagar el local). Pese a todo, otra gran velada en uno de los valores seguros de la capital.

SUDESTADA (Ponzano 85, Madrid)
Teléfono: 91 533 41 54
Precio Medio: Menú Degustación de 7 p
latos: 38 euros sin bebidas.
Cócteles, entre 7,5 y 12 euros.