Debo reconocer que si no hubiera sido por una recomendación fiable, jamás hubiera entrado en Yakarta (Glorieta del Valle de Oro 2, junto al metro de Oporto). Barras de latón sin una sola silla ni mesa, fotos del equipo de fútbol local (el Santa Ana), tragaperras y camareros historiados forman su paisaje, y encima tampoco es que cuente con gran variedad de oferta.
Pero es que, señores, aquí el sota, caballo y rey funciona de miedo: berberechos, navajas y gambas, todo a la plancha y regado con misteriosos aliños ocultos en botellas de vidrio verde sin etiqueta. Si quieren pueden sumarle un par de mejillones, un centollo abierto o algún ahumado, pero eso es accesorio. ¿Para beber? Verdejo de batalla y cerveza bien tirada (mejor opción), lo justo para salir del paso. Total, que por 20-30 euros arreglo la cena los días que el Madrid de baloncesto juega en Vistalegre, que no es poco.