Con este lío de las estrellas Michelín, me dio ayer por coger el Esquire de este verano (portada de Robert Redford) y releer el artículo que nos escribió en su día Julia Pérez, colaboradora habitual de la revista. Titulado El señor inspector come solo, el reportaje relataba el día a día de Benito Lamas, Jefe de Inspectores para España y Portugal de la famosa Guía. Además, Julia metía el dedo en la sopa (por no decir "en la llaga") y criticaba algunas de las arbitrariedades de los responsables de Michelin en el reparto de las estrellas. Visto lo visto, sólo podemos felicitar a Julia, ya que muchas de sus predicciones y quejas se han hecho realidad cinco meses después.
Por cierto, un par de maldades off the record. Tras la publicación de este reportaje en Esquire, Julia Pérez ha sido vetada por Michelin de todas sus convocatorias (no fue invitada por primera vez en años a la presentación de la Guía). ¡Ay, qué poca cintura, menos que Bibendum!
Y dos: el restaurante madrileño que escogimos para realizar la apertura del reportaje (arriba, foto de Diego Martínez) ha perdido este año la estrella Michelin que poseían desde 2001. Como dice Homer: "Qué casualidad tan casual que casualmente pasen tantas casualidades" (por Daniel Entrialgo).
Y dos: el restaurante madrileño que escogimos para realizar la apertura del reportaje (arriba, foto de Diego Martínez) ha perdido este año la estrella Michelin que poseían desde 2001. Como dice Homer: "Qué casualidad tan casual que casualmente pasen tantas casualidades" (por Daniel Entrialgo).