A pocos kilómetros de esta capital de la alta relojería, se encuentra Neuchâtel, típico pueblecito helvético flanqueado por un inmenso lago del mismo nombre. Pese a su aspecto provinciano, no es raro ver circular por sus calles vehículos de marcas como Rolls-Royce, Porsche, Ferrari... Y es que muchos de los directivos de la principales manufacturas del mundo pasan gran parte de su tiempo allí, bien en sus domicilios privados o en sus exclusivos hoteles.
Y entre ellos, el Hotel Palafitte, una maravilla en plena naturaleza diseñada por el estudio de arquitectura Kurt Hofmann. Terrazas privadas con acceso al lago en cada habitación y casi todos los lujos imaginables. Lo mejor es que echéis un vistazo al vídeo que hice de mi 'dormitorio' para sacar vuestras propias conclusiones. No nos odiéis demasiado... (por José María Álvarez).