Ahora que se acercan 'peligrosamente' las fechas navideñas, llega el temido momento de elegir regalos para nuestros seres queridos (y también para la familia). Tarea complicada en la que, año tras año, es más difícil acertar.
El otro día, sin embargo, paseando por una tienda gourmet cercana a nuestra redacción, me vi gratamente sorprendido por la nueva colección de Trapa. Una firma clásica que acaba de estrenar imagen. Empezando por su logo, más simple, sencillo y sofisticado que el anterior. Y siguiendo por lo verdaderamente importante, su continente y su contenido. El primero, llama la atención por su remozado look elegante. El segundo, por su aroma, variedad y originalidad.
De entre su amplísima gama, destacan los Trapa Originales, que mezclan la tradición chocolatera centenaria de la marca con las mejores avellanas de nuestro país. O Trapa Noir, para los verdaderos amantes del cacao, con más de un 70% de pureza. Y para los más atrevidos, los cortados de frambuesa, pistacho o barquillo.
Bombonísimos, Pralinés y Selecto, completan una oferta pensada para quienes saben valorar los pequeños detalles. En definitiva, un cambio de imagen y una evolución muy acertada de la que ya hemos dado buena cuenta varias veces en redacción (por Román Herreros).